
Autor:
Anónimo.
Título:
LA ESTUDIANTINA PORTUGUESA.
Publicación:
Museo Internacional del Estudiante, 2009.
Ver. original:
El Adelanto.
Fecha:
Martes, 8 de abril de 1890, pp. 1 y 2.
Preparativos
Desde las primeras horas de la mañana de ayer,
veíase a los estudiantes salmantinos, con sus lacitos de seda en la
solapa de la americana, alegres, contentos y esperando con ansiedad el
momento en que hiciera su entrada en esta población la estudiantina
portuguesa.
La comisión de estudiantes de esta Universidad e
Instituto, acordó por la mañana que parte de sus individuos fueran a
Fuentes de San Esteban a esperar a los portugueses, y el resto de
aquella se quedara en la ciudad ultimando los detalles del recibimiento.
Después de tomar varios acuerdos más, la comisión
de estudiantes portugueses, que desde anteayer se halla entre nosotros,
visitó acompañada de muchos escolares salmantinos, varios edificios,
entre otros la Universidad y su biblioteca, la Catedral, Santo Domingo
etcétera.
Cuando algún estudiante portugués entraba en los
cafés acompañado de los españoles, era saludado, con vivas entusiastas y
con grandes aclamaciones.
Aquellos establecimientos estuvieron todo el día
llenos de estudiantes que entraban y salían, apresuradamente,
preludiando con esto alguno de esos grandes acontecimientos, como el que
ayer presenció Salamanca entera.
Las autoridades
Agradecidos pueden estar los escolares a las
autoridades, tanto civiles como académicas, pues empezando por el señor
Rector de la Universidad, que ofreció a la comisión ejecutiva
salmantina, todo su apoyo moral y material, hasta el alcalde señor
Pollo, que no solo cedió el salón de actos del municipio para la
recepción, sino que envió 30 hombres con hachas de viento a la estación,
todos, en fin, demostraron el gran interés que tenían con que fuese el
recibimiento digno de Salamanca y digno de los estudiantes de la
gloriosa Universidad.
¡A la Fuente!
A las cuatro de la tarde salieron para la
estación infinidad de estudiantes con la pretensión no más que de llegar a Tejares.
Pero en el tren iba el señor Carvalho, el cual
mandó facilitar billete gratuito hasta la Fuente de San Esteban a todo
estudiante que los solicitara.
Excusado es decir que los coches se llenaron
inmediatamente y con un ¡viva Portugal y viva España! partió el tren en
busca de nuestros ilustres huéspedes.
Se acerca la hora
A las nueve de la noche
salió de la plaza, por la calle de Zamora, un numeroso grupo de
estudiantes, a cuya cabeza iba el resto de la comisión salmantina, los
estandartes de las distintas facultades y las banderas que de la Tuna
Salmantina llevó a Portugal últimamente.
En el camino se dieron
innumerables vivas a la Unión escolar, a la federación Ibérica, a Latino
Coelho, etc.
La banda de música del
señor Basoa esperaba también en la estación.
Las hachas de viento
encendidas daban un aspecto fantástico a aquella inmensa muchedumbre que
esperaba.
El tren llega
A las diez de la noche se siente el pito del
tren, y los estudiantes se preparan a recibir a sus colegas.
Las banderas y estandartes fueron colocados en
primera fila en el andén.
Cuando el tren detuvo su marcha, la banda del
señor Basoa interpretó magistralmente el Himno Portugués.
Un viva inmenso salió de todos los labios ¡Viva
Portugal!
Los estudiantes portugueses contestaron con un
¡viva España! atronador.
Después siguieron los vivas y los aplausos, y los
saludos, y apretados abrazos, y el delirio, y el entusiasmo más grande
que puede imaginarse.
Una vez fuera de la estación, las hachas de
viento iluminando el camino, iban las primeras; después seguía la
bandera portuguesa que trae la estudiantina, a continuación los
estandartes de la Universidad, luego la estudiantina portuguesa, con sus
presidentes a la cabeza, y la comisión ejecutiva salmantina. Y por
último, los estudiantes salmantinos y el público.
La banda del señor Basoa, ejecutó durante el
camino, algunos paso-dobles que los portugueses aplaudían calurosamente.
Cuando se llegó a la puerta de Zamora era
imposible dar un paso; la estudiantina portuguesa intentó tocar, pero
tuvo que desistir de su propósito.
La gente impedía todo movimiento y los esfuerzos
de las parejas de seguridad y municipales, eran completamente inútiles.
Los vivas se suceden sin interrupción y son
contestados no solo por los estudiantes, sino por todo el pueblo, que
presencia el hermoso espectáculo.
Entra por fin la comitiva en la calle de Zamora;
las señoras saludan desde los balcones con sus pañuelos, y arrojan
versos y flores a los estudiantes portugueses.
Estos aplauden y saludan con las manos.
Todos los balcones de la citada calle, se
hallaban iluminados profusamente y engalanados con colgaduras.
En la redacción de El Fomento se leía en
un trasparente «¡Viva la federación ibérica!»
En la imprenta de los señores Esteban Hermanos,
se colocaron banderas portuguesas y españolas, grandes letreros, y luces
de bengala.
En este punto tuvo que pararse la comitiva, pues
era imposible seguir.
Después de un rato de espera, penetra en el
Ayuntamiento, seguida de todos los estudiantes que cupieron en el
edificio.
Los estudiantes se asomaron al balcón de aquel, y
fueron objeto de inmensa ovación y prolongados vítores por parte de la
mole de carne humana que llenaba casi la plaza entera.
Seguramente no bajarían de cinco mil personas las
que se hallaban reunidas en aquel punto.
La presentación
Los estudiantes
portugueses y la comisión ejecutiva salmantina, ocuparon los estrados y
el señor Huebra, presidente honorario de la citada comisión, presentó al
Ayuntamiento a la estudiantina portuguesa.
Con tal motivo hizo un
bonito discurso que fue aplaudidísimo.
Habló después el señor
Souça, presidente de la Academia de Lisboa, y pronunció un discurso en
portugués, que mereció justos y entusiastas aplausos.
Después habló el señor
Cunha da Acosta, presidente de la Academia de Coimbra.
El discurso de éste señor fue interrumpido muchas
veces por los bravos y aplausos del público.
Es un orador elocuentísimo, enérgico, pero es a
la vez, dulce. Su acción es distinguida y elegante.
El señor Barreto, también presidente de la
Academia de Coimbra pronunció seguidamente otro discurso que fue
sumamente aplaudido.
Es también este señor, un orador de grandes
facultades que promete mucho.
Después habló el señor Pollo, y en breve discurso
dio la bienvenida a los estudiantes, terminando con un ¡viva la
federación ibérica!
El señor López Alonso, cerró los discursos, con
uno elocuentísimo, fogoso, valiente, que alcanzó aplausos entusiastas y
vivas nutridos.
En el Liceo
Después de la presentación en el Ayuntamiento,
encaminose la comitiva hacia el teatro del Liceo, por la calle de Toro,
donde esperaba a los tunos inmensa muchedumbre.
Al pasar por delante del casino de La Unión los
socios, (que habían iluminado y colgado los balcones), dispararon
infinidad de cohetes y dieron vivas que fueron contestados unánimemente
por los estudiantes.
Llegó la comitiva al Liceo, cuando terminaba la
orquesta el preludio de la zarzuela Chateau Margaux.
El teatro estaba literalmente lleno.
Los estudiantes fueron recibidos con una ruidosa
salva de aplausos y grandes vivas a la Unión escolar, a España, a
Portugal y a la federación ibérica.
Fuéronse los escolares acomodando en tres palcos
engalanados con los escudos y banderas de España y Portugal, y en varias
butacas.
Durante la representación de Chateau Margaux,
la señora Moreno arrancó aplausos entusiastas a nuestros huéspedes,
hasta el extremo de arrojarle los gorros que constituyen parte de su
traje académico.
Pero donde el entusiasmo rayó en delirio fue
cuando la misma actriz, se cantó unas panaderas y malagueñas
de un modo indecible; como deben cantar los ángeles, si por allí arriba
se estila el flamenco.
Entonces algunos estudiantes portugueses
arrojaron al escenario sus mantos, conducta que imitaron los demás
cuando la señora Moreno, con muchísima gracia y salero, bailó por todo
lo alto, un jaleo que produjo el desbordamiento entusiasta, en los
portugueses.
Terminada la función hablaron desde los palcos,
los señores Cunha da Acosta, Barreto y Huebra, alcanzando tres
ovaciones.
Este último anunció para hoy a la una de la
tarde, una gran sesión en el Paraninfo de la Universidad Literaria, a la
cual invitó a las señoras y señoritas salmantinas.
A la salida del teatro supimos que se había
promovido un pequeño escándalo a la puerta del coliseo, pero
afortunadamente sin consecuencias desagradables.
En el Casino Ibérico
La mayor parte de los estudiantes portugueses se
retiraron a la fonda del Comercio a descansar de las molestias del
camino, pero otros se dirigieron al baile del Casino Ibérico, donde
fueron presentados a la sociedad de aquel Casino por el presidente señor
Bajo y Cid.
En este punto se bailó hasta las cuatro de la
madrugada, y hasta ese momento permanecieron los estudiantes en el
salón, bailando con las bellas mininas.
En resumen; el recibimiento hecho por los
estudiantes y el pueblo, a los escolares de las academias portuguesas,
ha sido entusiasta y excede a toda ponderación.
No podía ser menos de suceder así, dada la
hidalguía, gratitud y amor que este pueblo guarda a sus hermanos los
pueblos portugueses.
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NOTA: Artículo
procedente de investigación original inscrita con el número SA-120-02 en
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