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La moza y el estudiante
Letra: El licenciado Revilla
Estilo: Letrilla
País: España
Revisión: Texto 1900
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De una venta en despoblado
salió á sestear la moza,
que bien la placía el sexto
por aficiones de coima.
Nació de jaque y vendeja
en Sanlucar, y es notoria,
si se juzga el nacimiento,
la hidalguía de sus obras.
Reina del desembarazo,
aunque hoy en cinta pregona
que es más pública su carne
que el servicio de las rondas;
zurce chistes, que levantan,
por ser muy picantes, ronchas,
y aunque la agradan los záinos
y maldice ejecutorias,
tiene sus pintas de araña
por correr tras de la mosca.
Royéndola los zancajos
dejó la venta una sombra
de un ser que tragó digestos,
un lustro entre gente docta
y dijo entre cortesías
que hallaron respuesta pronta
en el cumplido regueldo
de una pasada bazofia
digerida entre tahures
de la puente de Segovia:
--“Si Su Merced no hace caso
de mi faz, que se sonroja
al ver que haraganes miran
sus puntos para hacer mofa,
por Dios juro que no tengo
ni más faltas ni más sobras.
No se me oculta que es triste
ver que cubren mi persona
zapatos de carne pura,
justillo de ala de mosca
y una sotana que al soplo
de aires leves, se enarbola
por ser leve, como el aire
que la agita cuando sopla.
En la cuestión de cornados,
que es cuestión que siempre importa
á tahures y á jayanes,
á matones y á fregonas,
per sæcula sæculorum
va pregonando mi sombra
que soy rico por mis ansias
y muy pobre por mis obras;
que cual mollera de necios,
habéis de encontrar mi bolsa,
pues si es mi dorso doblado
no me visitan las doblas.
No os figuréis, reina mía,
que sin misterio pregona
mi lengua las desventuras
que por desgracia me acosan,
pues juzgo que no es difícil
que al pensar en ellas, corran
perlas por vuestras mejillas
como pulgas por mi ropa,
que entonces y sólo entonces
sin miedo á repulsa pronta,
será propio que os confiese
que vuestra faz me enamora,
que vuestro brillo me ciega,
que vuestra imagen me ronda,
y si creeis que es indigno
que tal vista quien tal obra,
en lugar de mi tricornio
un gavión me dará sombra
y arrojando rancias leyes
y pragmáticas patosas
y episodios medio evales
y elegíacas gerigonzas
y aristotélicos líos
y platónicas congojas
y aquinianas discusiones
y pindáricas estrofas,
sabré decir á los záinos
de la puente de Segovia,
que ha de ser Vueseñoría,
si yo la defiendo, diosa.”
Así dijo el estudiante
y desde aquel punto y hora
se dispuso á entrar á saco
en las carnes de la moza,
más traidas y llevadas
que peras de la Rioja.
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Nota: Con frecuencia la tradición oral
hace que la versión más popular de una letra difiera de
la creación original. Nuestro labor se centra en dar a conocer las
letras tal y como fueron escritas por sus
autores.
Este cancionero contiene únicamente obras que forman parte de la colección del Museo. Si desea
conocer a fondo el repertorio
estudiantil, le recomendamos el excepcional libro de Antonio Luís Morán
Saus y José Manuel García Lagos titulado: «Cancionero
de Estudiantes de la Tuna. El cantar estudiantil de la edad Media al
siglo XX».
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