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Author:
Anónimo.
Title:
¡VIVA LA FEDERACIÓN IBÉRICA!.
Publication:
Museo Internacional del Estudiante, 2009.
Original edition:
El Fomento.
Date: Miércoles, 9 de abril de 1890, pp. 1 y 2.
Académicos, hasta luego
Vuestra presencia aquí, en la Coimbra de España,
en la pequeña Atenas, confundidos con nosotros, abrazados a nuestros
escolares, dejando oír vuestra voz en la tribuna universitaria,
despertando entusiasmo en la juventud y esperanza en el pueblo, es el
principio de una grande obra, de una empresa gigantesca, que en otras
edades o en la presente, en países adversarios por su origen o su
tradición, hubiera sido anunciada por la diplomacia Bismarkiana o por
los ejércitos de Molke.
Mas es tan natural, tan legítimo vuestro derecho,
que es el nuestro; tan sencilla vuestra aspiración, común en las dos
naciones, que el movimiento resulta espontáneo, y la opinión se decide
por vuestra causa, en términos que nuestra ciudad, que no cuenta ¿por
qué negarlo? con los recursos de las grandes capitales, se ha presentado a vuestra vista como una de las primeras poblaciones de España.
Y es que, como el individuo, los pueblos se
agigantan con la presencia de los grandes acontecimientos.
Pues bien, académicos portugueses, escolares
salmantinos: la ciudad, transformada con vuestro entusiasmo, con vuestra
federación, nos da pálida idea de lo que han de ser las dos naciones, el
día feliz para todos en que se lleve a cabo la federación ibérica.
Para realizar lo que ahora comienza, es preciso
constancia, y es indispensable insistir por cuantos medios la
civilización moderna, que hace fecunda vuestra iniciativa, pues en otras
épocas ni medios fáciles de traslación existían, pone a vuestro alcance.
Después de la federación académica, la
fraternidad de los industriales, del comercio, de la producción; la
federación del trabajo, para que esa hermosa idea llegue a informar las
leyes de relaciones entre los dos Estados; para que cuando vosotros
abandonéis, con alegría que más tarde se troncará en profunda pena, el
distintivo de estudiantes para ostentar la toga, que os abrirá las
puertas de la representación oficial, no haya un solo portugués ni un
solo español que no sea partidario convencido, entusiasta, de ese
pensamiento, cuya semilla arrojáis con vuestros discursos y vuestros
vivas en esta tierra, cuna de grandezas castellanas.
Adelante, pues, y una vez establecidas las
relaciones escolares, con su órgano de propaganda, impulsad y
desenvolved las relaciones, la federación del trabajo.
¿Cómo? Por medio de un gran certamen
internacional, en área salmantina, pero su pavimento formado con tierra
portuguesa, y en palacio edificado por obreros portugueses y españoles,
que ostente en su entrada las estatuas de Cervantes y Camoes, y en su
cúpula, para que lo vean los demás países, las banderas enlazadas de las
dos naciones, como símbolo de la federación que habéis proclamado en el
Paraninfo de vuestra gloriosa Universidad.
Vuestra misión es esencialmente civilizadora;
vuestro pensamiento debe ser esencialmente popular, de simpatía, de
cariño, de atracción; y las corrientes que le realicen han de invadir
todos los organismos sociales, para que nadie vacile, ni se resista, ni
sea impasible ni indiferente. Y el trabajo, ya espiritual en el sabio o
en el artista, ya físico, en el campo o en los talleres, es ley de
actividad, a la que obedecen el sentimiento y la inteligencia, y cuanto
se pida al hombre y a los pueblos en la esfera de la cultura para que
realicen los grandes ideales, tiene que recibir energías, calor,
movimiento y vida en las manifestaciones de la moderna educación.
Esta es, escolares, vuestra tarea en el porvenir,
vuestro programa en lo sucesivo: reunir la representación de los dos
pueblos para que discutan en congreso hispano-portugués las bases de
futuras relaciones y en común certamen se identifiquen, se fundan el
comercio y la industria, y aparezca, como origen de toda grandeza, uno
solo el trabajo de los dos Estados, y como una sola la aspiración de
presentar unidos los frutos de sus valles, las cosechas de sus llanuras,
las maderas de sus montañas, sus minas, su industria, su poder y su
fuerza, obedeciendo; en fin, a una sola atracción, para que nadie sueñe,
espantado con nuestro poder, en hacer jirones la hermosa ibérica
península.
Por eso, confiada la redacción de EL FOMENTO, en
que habéis de recibir con benevolencia esta indicación, y ser en nuestro
territorio propagandistas de este pensamiento, os dice, con reflexión y
entusiasmo: ¡Académicos, hasta luego!
A los estudiantes
portugueses
Saludo con entusiasmo a los ilustres estudiantes
de Portugal; a los nobles hijos de esa nación, nuestra hermana gemela, y
grande en sus empresas, pues hizo tremolar su bandera en lejanos climas,
y cuando formaba parte de la antigua Iberia, con el gloriosos nombre de
Lusitania, tuvo un Viriato para defender la integridad de la patria
contra el despotismo y rapacidad de los prefectos romanos. Emancipada
una vez, y dominada después por la tiranía de Felipe II y de Felipe III,
comprendió que era un pueblo libre, y en tiempo de Felipe IV, rompió las
cadenas que la sujetaban a la España absolutista de aquel funesto
periodo histórico. Portugal no se emancipó de España, sino de la
dinastía austriaca.
Presiento que algún día Portugal entrará en la
casa paterna de la gran Federación Ibérica.
Si el pueblo portugués fuese lastimado en su
autonomía y en su legítimo derecho por otras potencias que se creen
invulnerables, observaremos que si el territorio de Portugal es más
pequeño al lado de otros imperios, pequeño dice la alegoría bíblica que
era David cuando venció al gigante Goliat. Recordaremos que cuando en el
año 1307 el Emperador de Alemania dominaba en Suiza, tres hombres
valientes, seguidos de treinta amigos, se reunieron una noche a orillas
del lago de los Cuatro Cantones, y allí juraron a nombre de Dios que
defenderían su libertad; y por efecto de tal juramento 1300 suizos
derrotaron a un gran ejército en la batalla de Mongarten.
La resistencia a los excesivos impuestos del
comercio inglés produjo la emancipación de los Estados-Unidos.
Ha dicho Victor- Hugo que la ignorancia y al
noche son dos hermanas lúgubres: la una engendra la déspota, la otra el
huracán.
Vosotros, estudiantes, sois los apóstoles de la
ciencia; teneis la sagrada misión de destruir la ignorancia, esa
obscuridad del alma, y madre de todas las servidumbres, y la destruireis
como la aurora disipa las sombras de la noche. Tanto vuestros genios en
Literatura y ciencia como los nuestros forman el grupo de un mismo
ideal, por parentesco, por el carácter y por la primitiva analogía del
idioma.
Nos parece ver a Camoes y Cervantes que se
saludan y abrazan en la frontera portuguesa, y nosotros seguimos con
avidez en la historia la ruta de vuestros intrépidos navegantes.
Si Colón no hubiera descubierto América, la
hubiera descubierto el año 1500 Álvarez Cabral, arrojado por una
tempestad a las costas del Brasil.
Los estudiantes españoles salen a daros el abrazo
del compañerismo y de la fraternidad. Todos sois obreros de un mismo
edificio; obreros del porvenir científico de la humanidad.
Salamanca, la antigua Atenas de España, en donde
florecieron eminentes sabios de todos los ramos del saber humano, os
recibe con alborozo y con el amor que todo pueblo ilustrado profesa a
las nobles aspiraciones de la juventud escolar. En la Redacción de EL
FOMENTO habréis leído un transparente que os dice: ¡Viva la
Federación Ibérica! ¡Gloria a la prensa periódica cuando presiente y
evoca el triunfo de las grandes ideas! Yo, desde el fondo de mi
adversidad, os felicito con tanto más cariño, cuanto que he sido
catedrático en virtud de oposición durante 23 años, y si hay justicia
volveré a serlo, pues ahora, y no obstante mis cuatro carreras
literarias, me encuentro separado de mi cátedra y abajo el peso de un
anatema oficial, como premio a mis desvelos, estudios y sacrificios.
Uno mi voz al clamor general que os vitorea,
diciendo: ¡Viva Portugal! ¡Viva España!
VÍCTOR OZCARIZ.
Los académicos
portugueses
Desde las primeras horas de la mañana presentaba
anteayer nuestra ciudad el aspecto de un día de gran fiesta. Veíase a
los estudiantes correr de un lado a otro para ultimar los detalles del
recibimiento, que preparaban a sus compañeros de Portugal, y veíase
también al vecindario disponerse a coadyuvar, a fin de que la entrada en
Salamanca de los académicos de Coimbra y Oporto resultase un acto
brillantísimo. Todos los semblantes revelaban inmensa satisfacción; bien
es que Salamanca iba a tener la dicha de albergar a la juventud
estudiosa del vecino reino que, dispuesta a estrechar las relaciones de
amistad que unen a Portugal con España, viene a nuestra nación a saludar a los estudiantes de Salamanca y a los de Madrid, dando el primer paso
para la federación escolar ibérica, acto preparatorio, como si
dijéramos, de la federación de ambos países.
__________
Una numerosa comisión de estudiantes de esta
Universidad, a quienes el Ingeniero Director de los ferrocarriles S. F.
P., Sr. Carvalho, facilitó billetes gratis, salió a recibir a los
académicos portugueses a la estación de Fuentes de San Esteban.
A las nueve y media entraba en la estación de
Salamanca el tren que conducía a los académicos portuenses y a la
comisión de estudiantes de la Universidad de Salamanca. La banda de
música que dirige el Sr. Basoa, empezó a interpretar, apenas el tren
entró en agujas, el preciosos Himno portugués.
¡Viva Portugal! ¡Viva España! Fueron las primeras frases que
se cruzaron entre los jóvenes escolares que nos han honrado con su
visita, y los estudiantes de Salamanca.
Después que se hubieron
cambiado saludos y abrazos, la comitiva se puso en marcha por el orden
siguiente: dependientes del Ayuntamiento en número de cincuenta, con
hachas de viento; la bandera portuguesa y los académicos del vecino
reino; la comisión de estudiantes de Salamanca, y todos los escolares de
esta Universidad, pues seguramente que no faltó uno solo en la estación a recibir a sus colegas del vecino reino.
Qué hermoso espectáculo
ver confundidas las juventudes de ambos países, a los hombres que mañana
han de influir en la política de los dos pueblos, y cual si fueran una
sola persona gritar con entusiasmo ¡Viva Portugal! ¡Viva España! ¡Viva
la Federación Ibérica!
Todo cuanto pudiéramos decir acerca del aspecto
que presentaba la calle de Zamora a las once de la noche, seria pálido
ante la realidad. Todo Salamanca esperaba a los académicos portugueses
en el trayecto que se sabía habían de recorrer.
Los vecinos de la calle Zamora y los de la Plaza
Mayor habían adornado con colgaduras e iluminado, los balcones de sus
casas.
Desde la estación hasta la calle de Zamora, la
banda que dirige el Sr. Basoa no cesó de ejecutar pasos dobles.
Desde que entraron en
la ciudad hasta la Plaza Mayor los vivas a Portugal, a España, y a la
federación ibérica se sucedieron, puede decirse que sin interrupción.
Los académicos
portugueses nos hicieron el honor de detenerse unos momentos ante la
puerta de nuestra redacción, sobre la que se había colocado un
transparente en el que se leía: «La Redacción de EL FOMENTO a los
estudiantes portugueses. ¡Viva la federación ibérica!»
El director de este
periódico, que aguardaba con todos los redactores a la puerta de
nuestras oficinas a que llegaran los escolares de Coimbra, Oporto y
Lisboa, dio un viva a los estudiantes portugueses, otro a la federación
escolar hispano-lusitana, y por último, otro a la ilustrada prensa
portuguesa.
La imprenta de los
Sres. Esteban se hallaba abierta de par en par, aguardando en ella todo
el personal la llegada de los forasteros. A la puerta de dicho
establecimiento tipográfico ondeaban las banderas portuguesa y española,
la primera con lazos encarnados y amarillos y la segunda con lazos
azules y blancos.
Al pasar los
estudiantes frente a la imprenta, encendieron los operarios magníficas
bengalas, prorrumpiendo en entusiastas vivas a Portugal, a España, a los
iniciadores de la federación ibérica, a la prensa lusitana y a la prensa
española, arrojando al propio tiempo infinidad de ejemplares con la
siguiente manifestación de acendrado cariño:
«¡Viva Portugal!
ESCOLARES LUSITANOS: La ciudad de Salamanca, emporio en la Edad Media de
las ciencias y las artes; patria de ilustres ciudadanos, que supieron
doblegar los ímpetus belicosos de tantos ilustres guerreros que, en su
necio orgullo, soñaban con imponerla su despótica dominación, agradecida
por vuestro hospitalario proceder para con sus estudiantes al visitaros
ha poco, os saluda con ferviente entusiasmo.
Y no lo hace solo a la
juventud lusitana, que risueña y llena de esperanzas la visita, sino que
aplaude y cobija la idea que representa, idea trascendental y que va a
servir de prólogo a la gran obra iniciada por los escolares portuenses y
españoles, y quizá por ellos terminada, idea que es el anuncio de la
Federación Hispano- lusitana.
No vacilar en el camino
emprendido; hoy es punto menos que imposible determinarla concretamente,
si se tienen en cuenta las fuerzas y exigencias de los poderes y
elementos físicos y morales que han de entrar en su composición, pero
desde luego que ha de llevarse a cabo bajo la fórmula abstracta de
respetar los derechos de las demás naciones, para obligarlas a respetar
los nuestros.
Sí; España y Portugal,
unidas bajo la vieja enseña, jamás vencida, del León Español,
constituyen la cabeza del viejo continente Europeo; ¡defendámosla en
armonioso maridaje contra todos los pueblos que traten de conculcar sus
derechos! Si por mar nos atacan, allí estarán los marinos de Lepanto y
los sucesores de Vasco de Gama; sus abordajes son temidos aún por los
marinos de ambos hemisferios; y si por tierra… ¡ah! por tierra nadie se
atreverá a conculcar los derechos de la Península Ibérica: sobra a sus
habitantes valor y constancia para abatir el orgullo de naciones al
parecer indomables.
La Federación Hispano-Lusitana
se impone, no hay duda de que se realizará. La gloria que proporcione, a
los escolares ibéricos pertenece, nadie podrá arrebatársela.
Por eso Salamanca llena
de entusiasmo, grita hoy por doquier:
¡Viva España y
Portugal!
¡Vivan sus escolares!…
Los operarios de la
Imprenta Esteban-Hermanos
Salamanca Abril 7 de 1890.»
Al llegar la comitiva a la Plaza Mayor, los vivas a Portugal y a España, a los académicos portuenses y a la federación
ibérica, fueron atronadores.
En el Ayuntamiento aguardaban a los escolares el
Alcalde Constitucional y la mayor parte de los señores concejales.
El Sr. Huebra presentó al Municipio a los
ilustres huéspedes, pronunciando acto seguido elocuentísimos discursos
los presidentes de las Academias de Lisboa, Oporto y Coimbra, a quienes
contestaron el Alcalde Constitucional y el Teniente Alcalde, Sr. López
Alonso.
Los estudiantes fueron objeto en el Teatro del
Liceo, que se hallaba de bote en bote, de una ovación indescriptible.
Desde el coliseo de la calle de Toro se
dirigieron los académicos al Casino Ibérico, donde se celebraba en su
honor, un magnífico baile. El presidente de dicho círculo de recreo, Sr.
Bajo, hizo la presentación de los estudiantes a la sociedad, les dio la
bienvenida y concluyó con un viva a la federación escolar
hispano-portuguesa.
(Se continuará).
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NOTA: Artículo
procedente de investigación original inscrita con el número SA-120-02 en
el Registro de la Propiedad Intelectual. La presente edición ha sido
normalizada y corregida para evitar el uso no autorizado de la misma.
Todos los derechos reservados.
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