Autor:
Anónimo.
Título: LOS CONCIERTOS DEL DOMINGO Y DE AYER DE
LA TUNA ESCOLAR.
Publicación:
Museo Internacional del Estudiante, 2009.
Ver. original:
El Adelanto.
Fecha:
Martes, 3 de febrero de 1925,
p. 1.
El domingo, los simpáticos muchachos de la Tuna
Escolar, obsequiaron con una serenata a la bellísima señorita
Conchita Vélez, aventajada alumna de la Facultad de Letras, en cuyo
domicilio ejecutaron variadas piezas de su repertorio, siendo
obsequiados galantemente por los señores de la casa y su hija.
También se encontraban en el domicilio de la
señorita Vélez, las simpáticas señoritas Eustaquia y Catalina Soler,
Aura y María Estefanía y Soledad Petit.
A las nueve de la noche dieron otra serenata a la
duquesa de Dúrcal y a los condes de Velayos, que se hospedan, como
hemos dicho, en el palacio de Monterrey, haciendo éstos entrega a
los «tunos» de una cantidad de importancia.
Se prepara con gran actividad la velada con que
la Tuna obsequiará a sus amistades el próximo día 13 en el teatro
del Liceo, y aun cuando el programa no está confeccionado, parece
ser que resultará brillantísimo.
Anoche, los escolares obsequiaron con una
serenata a su presidenta, la encantadora y gentil señorita Joaquina
Pérez Núñez, hija del digno coronel del regimiento de la Victoria,
don Ceferino Pérez Fernández.
Fueron recibidos en el domicilio de sus próximos
parientes, los señores de Llauradó (don Ramón).
Después de interpretar diversas piezas
musicales, en las que los tunos se mostraron como unos notables
profesores, el niño Federico Bernalt, acompañado al piano por su
padre, el notable director de la Tuna, don Bernardo Bernalt, dejó
oir bellas canciones, que fueron entusiásticamente aplaudidas.
Los escolares fueron obsequiados con un exquisito
y espléndido lunch y con importante donativo, organizándose también
unos momentos de baile.
Acompañaban a la señorita de Pérez Núñez su
hermana Dorita, su prima Encarnación Núñez Llauradó y sus amigas las
bellas señoritas Eufrasia García Torres, Lola Serviá, Teresa
Hernández Díaz y Margarita Sexma, haciendo los honores la señora
doña Antonia Núñez de Pérez Fernández y los señores de Llauradó.
Los estudiantes abandonaron la morada de su
presidenta, en medio de grandes vivas a ésta.
Más tarde se trasladaron al centro sacerdotal, en
donde fueron agasajados con dulces, licores y cigarros, recibiendo
también un espléndido donativo.