Author:
José Casas.
Title:
LA “TUNA” EN OPORTO.
Publication:
Museo Internacional del Estudiante, 2009.
Original edition:
El Lábaro.
Date:
Martes, 3 de marzo de 1908,
p. 1.
(POR CORREO)
La fiesta en el
Centro Académico
Oporto 30-II-908.- Amplío los pormenores que ayer envié dando cuenta de esta fiesta.
A la una de la
tarde comenzó la fiesta organizada por el Centro Académico de
Oporto en honor de la “Tuna” salmantina. En el salón de actos del
diario A Palabra, elegantemente decorado, una concurrencia
femenil selectísima y bella, ocupaba las localidades preferentes,
viéndose en el resto del teatrito un elemento escolar muy numeroso y
culto.
Inauguró el acto el
Obispo de Oporto, sentando a su derecha al Presidente de la “Tuna”,
al Cónsul español y al Alcalde de Oporto, y a la izquierda al
presidente del Centro Sr. Mendes Correia y al jefe militar de
Oporto.
En el pequeño y
lindo escenario colocáronse las cinco banderas de la “Tuna”
salmantina y tres del Centro escolar portuense. El Excelentísimo
Prelado tuvo para los estudiantes frases de cariño y estimación, y
para España un recuerdo de fraternidad.
Mendes Correia hizo
un discurso extenso de gran intensidad, hablando de fraternalmente
de España, galantemente de las muchachas salmantinas y
pasionalmente de la juventud escolar, a la que brinda una
fraternidad sincera y grande que rompa las fronteras del espíritu y
realice la unión de las almas. Fue muy felicitado y aplaudido.
Contesta a estos
parabienes el presidente de la “Tuna” D. Benito M. Valencia, quien
adelantándose a primer término, hace unos párrafos de salutación con
ademán oratorio que arrancan tempestades de aplausos.
Al evocar la
belleza de las lindas muchachas salmantinas, agradece los laúdes que
para ellas tuvo Mendes Correia, y después de afirmar que las
españolas tienen una hermosura gallarda y subyacente, entona un
poema de amor y de galante rendimiento a la honda poesía del mirar
dulce, que hace de las mujeres lusitanas las musas de la vida.
Muestra su
identidad de opinión con su compañero portuense en la afinidad de
amores y sentimientos que deben unir a la juventud escolar de
Salamanca y a la juventud académica de Oporto, haciendo al tratar
este punto, un párrafo brillante lírico e intenso, que
termina saludando en nombre de la patria de Ganivet y de Unamuno, de
Maragall y Campoamor, a la patria de Eugenio de Castro y de Guerra
Junqueiro, de Oliveira y Martins y de Castello Branco. A estas
frases sucedió una explosión de palmas y de vivas a Salamanca y a su
Universidad, a Oporto y a sus escolares.
Continuó el
Presidente de la “Tuna” su extenso discurso rindiendo nuevamente su
galantería a las señoritas lusitanas, y termina con unos versos que
hacen surgir una nueva ovación, la cual dura hasta que aparece en
escena la bellísima presidenta del centro escolar señorita María
Rachel, la cual recita los siguientes versos de salutación,
originales de distinguida literata y eximia actriz señora doña
Emilla Eduarda:
Saudaçao aos
estudantes Salmantinos
Pela estrada
luminosa
D'aspiraçôes deslumbrantes
Entre risos e entre flores
Caminaham os estudantes.
Rostos gentis e
fogosos
Que a mocidade enamora,
Ves trazeis ás nossas festas
A luz brilhante da aurora.
Sois os homens
d'amanhá
Alegres como esperanças.
Grandes no trato e nos feitos,
Nas almas simples creanças.
Seguimos o
mesmo trilho
Esses ideaes constantes;
Portugues ou
Hespanhol
Somos todos estudantes.
Bemvindos
sejam collegas,
N'este abraço fraternal
Se estreitam as sympathias
Da Hespanha e Portugal.
La ovación a la
gentilísima y muy bella señorita fue larga y afectuosa.
Al terminar este
número, abandona la presidencia el Prelado y la ocupa el cónsul
español Sr. Navarro.
La “Tuna” ejecuta
la Sardana de Conca y fue muy aplaudida. Un cuarteto tocó la
Rapsodia portuguesa de Figuereido, y otra bella señorita,
envuelta en la capa del presidente de la “Tuna” recita unos versos
de Gonsalves Crespo.
La muy grácil Alice
de Fonseca es aplaudidísima y obsequiada con un precioso bouquet.
El Sr. Lacerda tocó
admirablemente la Polacca de Chopin y el señor Combezes
recito poesías.
Después se oyeron
los acordes de la jota; a continuación unos versos y terminó la
primera parte con la divina Sigvrad forsaz jate de Grig.
En la segunda, el
Sr. Blanco tocó al piano una rapsodia española, que gustó mucho y a
continuación la Excma. Sra. Emilia Eduarda, literata muy querida y
actriz notable, recitó magistralmente la Cançao de Engeitado,
de Anpeline Vidad.
La ovación fue
inmensa y la señora Eduarda se retiró enferma. Más como la
indisposición fué grave, se suspendió el acto, que había comenzado
con todos los presagios de una fiesta deliciosa y gratísima, fiesta
de juventud y de hermosura.
Momentos después,
la distinguida escritora falleció en el despacho del director de
A Palabra.
JOSÉ CASAS.