Autor:
Santiago García.
Título:
INFORMACIÓN TELEGRÁFICA DE EL ADELANTO.
Publicación:
Museo Internacional del Estudiante, 2009.
Ver. original:
El Adelanto.
Fecha:
Viernes, 23 de febrero de 1912,
p. 3.
La Tuna Salmantina
en su visita a Santander.
(De nuestro
servicio particular).
El día de ayer.-
Visitas.- Banquete.- Discursos.- Serenata.- Se prolonga la
estancia.
Santander 23 (3, 45
m).
El tiempo en Santander es espléndido.
A las once de la noche hicimos una excursión por
la bahía.
Por la mañana, visitamos al Ayuntamiento y al
jefe de la aduana don Luis Monje, quien nos recibió cariñosamente,
nos obsequió y nos hizo un espléndido donativo.
A la una de la tarde, se celebró el banquete con
que obsequiamos a las autoridades y a la Prensa.
El gobernador envió su adhesión.
El saladísimo e ingenioso director de El
Cantábrico don José Estrañi, nos envió una carta muy cariñosa y
muy chispeante, que fue aplaudida.
El secretario de la Tuna, Vicente Díaz Pérez,
hizo la ofrenda del banquete a las autoridades y a la Prensa en un
bonito discurso.
El alcalde habló después, diciendo que tendría
gran pena si nos marchásemos de Santander sin llevar un gratísimo
recuerdo de la ciudad.
Añadió que por ser corta la estancia y haber
habido en ella defectos, nos rogaba en nombre del Ayuntamiento y de
la Diputación, que prolongásemos la visita hasta el próximo sábado,
para poder agasajarnos como se merecía una Tuna tan brillante.
Siendo agradecido el ofrecimiento, pero rechazado
por nosotros, finalizó el alcalde su discurso con una cordial
salutación a Salamanca.
Luego habló el joven concejal y ex-alumno de la
Universidad salmantina, señor Escalante, quien evocó en su discurso
los felices días de sus años estudiantiles.
El laureado poeta salmantino don Juan Montero, en
nombre de la prensa santanderina, hizo un precioso discurso lírico,
que fué muy aplaudido.
El presidente de la Diputación dijo frases
afectuosas para la juventud escolar salmantina, a la que saludó en
nombre de la provincia de Santander.
Lo mismo hizo el director del Instituto, que fue
constantemente interrumpido por calurosos aplausos.
Benito Valencia resumió los discursos, diciendo
que los escolares de Salamanca llevaban gratísimos recuerdos de
Santander y sintiendo en el alma no aceptar la invitación del
alcalde para prolongar la estancia; pero los alumnos oficiales no
querían ni podían faltar a sus clases.
El alcalde y el presidente de la Diputación
ofrecieron a Valencia, diciendo que telegrafiarían al rector y
decanos, y ante esta cariñosa insistencia, inspirado en el afecto
que Santander tiene a los salmantinos, éstos aceptaron el
ofrecimiento, siendo acogida esta decisión con una ovación
delirante por parte de los santanderinos.
Valencia continuó su discurso agradeciendo las
deferencias de las autoridades y haciendo el elogio hondamente
lírico de la Salamanca antigua.
El concejal señor Escalante, contestó glosando en
su discurso los preciosos versos de la notable oda, de Unamuno, A
Salamanca, y extendiéndose en otras consideraciones.
Por la tarde los tunos de Medicina siguieron sus
visitas a los sanatorios y después la Tuna dio una serenata clásica a la bella gentil señorita María Aguero.
Numeroso público nos siguió después hasta la
redacción de El Cantábrico, donde fuimos recibidos
cariñosísimamente por el director señor Estrañi y todos los
redactores.
En la redacción ejecutamos varias obras,
permaneciendo la calle llena de público y los balcones de las casas
llenos de gente.
Estrañi brindó admirablemente en tonos
humorísticos, diciendo que a pesar de sus años sentía al vernos
reverdecer sus mocedades, y celebrando que nuestra estancia en
Santander nos fuera grata, como no podía menos de suceder, habiendo
encantadoras señoritas y modistas que dan el opio (Ovación).
El último párrafo del discurso de Estrañi fue un
párrafo vibrante, de intensa emoción, en el que saludó a nuestra
Universidad con un viva al señor Unamuno, que fue contestado
unánimemente.
Benito María Valencia y Benavides, inspiradísimo,
brillante, lírico, tierno, madrigalesco y superior a todo elogio,
hizo un discurso contestación, que al señor Estrañi le conmovió
tanto, que abrazó efusivamente a nuestro presidente, mientras todos
aplaudíamos entusiasmados.
Y después de una serenata que dimos al alcalde y
de colgar las modistas en nuestra bandera una preciosa corbata, nos
retiramos a descansar con el imborrable recuerdo de la gloriosa
jornada de ayer.
Hoy, viernes, nos obsequiará el Ayuntamiento con
una gira en barcos, por la bahía.
SANTIAGO GARCÍA.