Author:
Luís Calvo.
Title: VIAJE TRIUNFAL DE NUESTRA TUNA.
EL GRANDIOSO RECIBIMIENTO DEL GRAN
PUEBLO DE EIBAR
Publication:
Museo Internacional del Estudiante, 2009.
Original edition:
El Adelanto.
Date:
Sábado, 20 de febrero de 1926,
p. 4.
Alocución obrera.-
Doce mil almas en la estación.- Vítores y aplausos.- Estudiantes y
obreros.- En el Ayuntamiento y en la Casa del Pueblo.- Programa para
hoy, jueves.
Difícilmente
olvidarán los estudiantes de Salamanca el grandioso, el imponente,
el formidable recibimiento que les ha hecho el industrioso y
trabajador pueblo de Eibar. Yo, que he venido con la Tuna cumpliendo
misiones informativas, que tengo mucho gusto en transmitir también a
EL ADELANTO, de Salamanca, no olvidaré tampoco el acto de esta
noche, que tan honda huella ha de dejar en la memoria de los
obreros de Eibar, de los estudiantes de Salamanca y del señor
Sánchez Rojas, a quién el pueblo, en masa, recordando sus campañas
obreras y liberales, ha tributado ovaciones imponentes por las
calles, aclamándole y vitoreándole sin cesar.
A las siete entró
el tren en agujas, y lo de menos, casi no cabe un alma, era el
gentío de en la estación. Es que la calle de este nombre estaba
literalmente llena de gente. Los doce mil obreros de Eibar,
quisieron dar al señor Rojas, el ilustre escritor liberal, y a los
estudiantes, esta prueba de estimación.
La directiva de la
Casa del Pueblo había tirado momentos antes miles de hojas invitando
a todas las agrupaciones obreras a que acudieran a la estación a las
siete de la tarde.
Estaba concebido en
estos términos que literalmente reproduzco:
«Al pueblo de
Eibar.- A las siete de esta tare, llega en el correo de San
Sebastián, la Tuna Escolar Salmantina. La componen muchachos, la
componen liberales, la componen discípulos de Unamuno; con ellos
viene un amigo nuestro: el señor Sánchez Rojas.
¡Obreros: Acudid a
la estación a recibirles!
Eibar, 17
Febrero-1926.- La Directiva”.
Momentos antes de
las tres, asisten en masa, el presidente de la Casa del Pueblo, los
presidentes de las 104 secciones con que se divide ésta: el Grupo
Socialista Femenino, Partido Republicano, Fomento de Eibar, Casino
Artista, el señor Echevarría, el señor Toyos, los veintisiete
obreros salmantinos que residen en Eibar. Y sumando la
extraordinaria concurrencia, las cuatro presidentas de la Tuna, que
son unas preciosas y humildes obreritas de la fábrica de Armas Alfa.
Al llegar el tren,
el espectáculo es imponente. Se vitorea a Salamanca, a Unamuno, a
Sánchez Rojas, a la juventud, esperanza de España... Los estudiantes
no pueden abrirse paso.
Tres filas de
preciosas obreras, todas las de Eibar, contienen verdaderas murallas
humanas que agitan sus boinas vascas saludando a los estudiantes.
Al pasar Sánchez
Rojas, se descubren con respeto; éste, emocionadísimo, descubierto
todo el trayecto, con lágrimas en los ojos, va sonriente, pero
afectadísimo y pálido, del brazo de dos preciosas muchachas obreras
que han sido elegidas juntamente con otras dos compañeras, las
cuatro presidentas eibarresas de la Tuna Escolar Salmantina.
Durante todo el
trayecto, las ovaciones son delirantes.
Los escolares,
marciales, apuestos, gallardos, tocan un pasodoble; siguen los
vítores a Unamuno, a Sánchez Rojas, a Indalecio Prieto, a Salamanca,
a los estudiantes y a los obreros salmantinos. Más que de triunfo
puede calificarse de apoteosis toda la enorme carrera.
EN LA CASA DEL
PUEBLO
Al penetrar la
estudiantina en la Casa del Pueblo, la ovación es delirante. No
recordamos haber visto en nuestra vida de periodistas nada más
cordial ni más grandioso. Las chicas de Eibar, ya con los
estudiantes, oyen alegremente sus requiebros; Sánchez Rojas aprieta
manos y manos de trabajadores. En la Casa del Pueblo, que es una de
las más hermosas de España, en el salón de actos, han podido entrar
unas cinco mil personas, pero en toda la Plaza de la Constitución
hay estacionadas miles y miles de personas que, convencidas de que
no pueden entrar, esperan respetuosamente disciplinadas la salida de
la Tuna.
DISCURSO DE TOYOS
El señor don Juan
de los Toyos, jefe del partido socialista de Eibar, es acaso la
personalidad obrera más prestigiosa y querida de la ciudad. Al
aparecer en la tribuna, se le recibe con cariñosos aplausos.
- Ciudadanos -
comienza diciendo -: Los estudiantes de Salamanca han tenido el buen
gusto de venir a visitarnos.
Están en su casa, y
nosotros locos de alegría al apretarlos contra nuestro corazón
honrado de trabajadores. Los que esperamos una España mejor
esperamos este milagro de estos chicos, que son la inteligencia, es
decir, la fuerza de mañana. (Ovación).
Con ellos ha venido
Sánchez Rojas, compañero nuestro, de nuestro partido, de nuestras
ideas, que ha luchado con nosotros y ha sufrido con nosotros.
(Ovación imponente).
Aquí está el
antiguo colaborador de la revista «España», el perseguido de 1917.
A él y a los
estudiantes abrazo en nombre de todos.
Grandes aplausos
acogían la narración del señor Toyos.
DISCURSO DE SANCHEZ
ROJAS
Al aparecer éste en
la tribuna, es vitoreado sin cesar. El momento es de una gran
belleza. Se vitorea frenéticamente la revista «España», a Unamuno,
Sánchez Rojas, Araquistain, Indalecio Prieto y otros escritores. Y
Sánchez Rojas, con voz entera, dueño y sereno de si mismo comienza
diciendo:
«Ciudadanos y
compañeros de Eibar: La hidalguía en esta casa no me extraña, os
conozco y os quiero. Me conocéis y me queréis vosotros. ¿Para qué
más palabras de gratitud? Y es que cuando vuelvo al pueblo, me
parece que vuelvo a mi corazón, a mi conciencia civil, a mi dolor
ciudadano, excitado por llagas de nuestros males, que vuestra
presencia solo cabe calmarme y aliviarme. (Ovación delirante).
Aquí tenéis los
estudiantes de Salamanca. Desde hace muchos años conviven con los
obreros de allí. Cuando yo era estudiante, los obreros nos honraban
visitando el Paraninfo, y nosotros, los estudiantes, les animábamos
acudiendo a la fiesta del 1° de Mayo, a la santa, a la noble fiesta
del trabajo, que es la fiesta del descanso, de la fuerza consciente
y de la esperanza en los destinos de nuestra España civil futura.
(Ovación delirante. Continúan los vivas y las aclamaciones).
No gozamos de
normalidad, y hasta nos han dicho que pongamos sordina a nuestros
entusiasmos. ¡Bueno! Vamos a ser respetuosos. Poned en el corazón
los nombres que ni estos chicos ni yo podemos poner en la lengua;
esperad días mejores, y si estos muchachos, como yo creo y aseguro,
son jóvenes, son buenos y son inteligentes, contad con ellos para
que todos juntos intentemos dar a España el decoro y la dignidad que
anhelamos para ella. He dicho.
(Ovación
ensordecedora, que dura varios minutos. Miles de trabajadores
estrechan la mano a Sánchez Rojas. Este se encuentra visiblemente
fatigado y conmovido).
Los estudiantes
comienzan a tocar. Se les aplaude y se les vitorea sin cesar.
Luego, del brazo de
los obreros y de las chicas de las fábricas, les acompañan al hotel.
Las cuatro preciosas presidentas, Digna Baracibar, Juanita Gabilando,
Paula Beistegui y Digna Abeitegui, cenan con los tunos, gentilmente
invitadas por éstos.
Mañana, jueves, por
la mañana, darán serenatas a los armeros señores Sarasqueta,
Echevarría, Arieña y Arizmendi.
Por la tarde,
visitarán la fábrica de armas, y las Cooperativas del Partido
Socialista; a las cinco, darán una velada a sus bellísimas
presidentas en la misma fábrica donde trabajan éstas; a las seis,
darán un concierto en el Casino Artista, y a las nueve, darán una
velada en el Salón Teatro, que les ha sido concedido «gratis et
amore», por la banda municipal eibarresa. En ella leerá expresamente
un notable trabajo el señor Sánchez Rojas.
Todas las
localidades se agotaron anoche, a los diez minutos de anunciarse.
Los tunos están
satisfechísimos.
RESUMEN
No hemos visto
nunca fiesta más conmovedora. El recibimiento ha sido algo
verdaderamente extraordinario. Se podía calcular en 15000 personas,
la población total de Eibar se acerca a 19000, las que esperaban,
rodeando a los simpáticos estudiantes de Salamanca.
Ha sido una
formidable manifestación de entusiasmo por el maestro vasco de
Salamanca y por la labor liberal de José Sánchez Rojas. Puede
calificarse de verdadera apoteosis.
Luis Calvo.
Redactor de la “Voz de
Guipúzcoa».
Eibar 17-II-26