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PIEZA DE LA SEMANA - Nº 48 – Un romance sobre los
estudiantes pobres en el siglo XVIII
Bajo el título de «Nuevo, y curioso romance, del modo de vivir de los
Pobres Estudiantes, que estudian en Valencia» se esconde una obra, impresa
a comienzos del siglo XVIII, que es un magnífico testimonio donde se
narran las aventuras y desventuras de los escolares con escasos recursos
para seguir los estudios en la universidad.
La composición, de cuatro páginas de extensión, describe en tono
humorístico el modo en que los jóvenes pasaban el tiempo estudiando,
tunando, tañendo la vihuela, bailando, armando bulla o, simplemente,
matando piojos y pulgas. También cuenta que acudían, vademécum en mano, a
oír la lección del catedrático y que participaban activamente en las
disputas sobre la materia aprendida.
Su lectura deja patente la precariedad de las habitaciones donde residían
durante el curso. Unas estancias en las que los cursantes utilizaban el
suelo como lecho y el «manteo», para cubrirse, a modo de sábana. Una silla
en mal estado se presenta como el elemento principal del escaso mobiliario
y, en la cocina, el protagonismo corre a cargo del perol y del cucharón.
El pliego de cordel se adentra en diversos aspectos de la vida cotidiana
de los escolares. De su lectura se desprende que, a la hora de comer,
acudían al convento a tomar la «sopa boba», cuyos ingredientes aparecen
perfectamente detallados en el romance. Los «sopones», ante la presencia
del preciado alimento, protagonizaban frecuentes peleas en su afán por ser
los primeros y las orteras se acumulan ante el fraile tratando de llamar
su atención. Entonces, cualquier lugar era bueno para tomar el caldo y,
una vez satisfechos los estómagos, los cursantes se dedicaban a ejercer la
mendicidad de puerta en puerta. Como es de imaginar, aquellos que lograban
allegar algo de comida tenían solucionada la cena, mientras que el ayuno
forzoso esperaba a los desamparados de la Diosa Fortuna.
El Museo cuenta con dos versiones originales de este pliego de cordel: la
primera de ellas publicada por Juan Forns hacia el año 1739 y la segunda
impresa por los Herederos de la Viuda Pla un siglo más tarde.
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