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PIEZA DE LA SEMANA - Nº 34 – Un pleito del siglo
XVII contra unos estudiantes de Medicina
Las antiguas universidades, debido a los privilegios y bulas que les
fueron otorgados durante siglos, disponían de una jurisdicción propia, que
acogía a todos sus miembros bajo el llamado «fuero universitario». Las
instituciones eran plenamente competentes para juzgar y aplicar penas al
margen de las autoridades generales. El «juez escolástico» o
«maestrescuela» era el encargado de conocer, entender y proveer las
causas, y la «cárcel del estudio» estaba destinada a la reclusión de los
delincuentes.
El pleito que protagoniza la pieza de esta semana, fue incoado contra
cuatros estudiantes de Medicina en la Universidad de Valencia. Las 28
páginas del texto fueron publicadas por la imprenta de D. Franc. Scorcia
en el siglo XVII y recogen la acusación del procurador fiscal y los
argumentos planteados por la defensa. El motivo de esta causa fueron las
ofensas realizadas a un catedrático y su contenido nos recuerda que, las
intolerables agresiones al profesorado, no son exclusivas de nuestros
días. A continuación reproducimos un resumen de los hechos, realizado por
la acusación, que a bien seguro no dejará indiferente a nadie:
“Fueron vistos los estudiantes de Medicina que entraban en la Universidad
muy alborotados, inquietos y a modo pendencia; y por tanto se sabe, que
estaban muy enfadados, picados, e irritados, por lo que el día anterior,
leyendo la Cátedra de Instituta había dicho, etc. Y habían resuelto
aguardar al catedrático a aquella hora en que iba a leer, con intención de
que cuando entrara lo vitorearían, alzándolo en alto y meterlo en el aula
de Medicina, y desarmarlo, y pegarle una tunda de azotes, y bañarle la
barba, mostachos, y cejas, y cabeza con orines, raparlo, y después ponerle
una bandeja en la cabeza y tirarle muchos papeles de inmundicia por la
cara. Y viendo que no podían ejecutar su mala intención, de deshonrarle,
como habían planeado, por haber pasado la hora en que iba a leer, irían a
la casa del Catedrático a ejecutar lo referido, juntos, tumultuosa, y
sediciosamente, con armas, y sitiando las esquinas, y calles de ella, lo
provocaron con muchas palabras injuriosas, y mayores para que saliera. Y
yendo recelosos de que la justicia no los capturara a causa de dicho
desacato, se retiraron al huerto de Troya, y después fueron presos estando
ya en los caballos yéndose, etc.”
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