Author:
Anónimo.
Title:
SALAMANCA.
Publication:
Museo Internacional del Estudiante, 2009.
Original edition:
El Lábaro.
Date:
Martes, 27 de febrero de 1900,
p. 3.
Esta tarde a las siete visitará el Círculo de San
Luis la estudiantina de Salamanca.
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LA ESTUDIANTINA EN EL SEMINARIO
Aunque improvisada, resultó amenísima la
recepción celebrada ayer en el Seminario con motivo de la visita de la
Tuna Salamantina.
A las tres y media entraba ésta tocando uno de
sus pasodobles en los claustros del Seminario; se les recibió en el
salón general de Teología por el P. Vicerrector, acompañado de algunos
otros padres y del Seminario en masa.
La Tuna tocó varias piezas de su
repertorio con mucho gusto; tuvimos ocasión de apreciar el fruto del
continuado estudio de los señores que la forman y especialmente de su
inteligente director Sr. Reñones.
Acto seguido tomó la palabra el Sr. Otero,
Presidente de la Tuna, dando las gracias al Seminario por la
buena acogida que habían tenido y alabando la ilustración y moralidad
que en todos los alumnos se nota siempre.
El coro del Seminario, dirigido hábilmente por el
Sr. Garitaonandia cantó con la afinación que le caracteriza, dos
hermosas piezas de conjunto; una de ellas titulada ¡Oh Pepito!
que hizo las delicias del auditorio.
Correspondió al discurso de gracias del Sr.
Presidente de la Tuna con otro de bienvenida el seminarista Sr.
Cimas, exhumando gloriosos recuerdos en que tan tradicionalmente
brillaba la Universidad de Salamanca con sus raídos manteos y sus
mugrientos sombreros; terminando con frases de enhorabuena a la Tuna
que pasea noblemente esos recuerdos por las calles de Salamanca.
Hubo también para que la recepción fuese completa
poesías por ambas partes.
El distinguido estudiante Sr. Doreste recitó con
apropiada entonación una de sus más bonitas composiciones poéticas y el
seminarista Sr. Polo improvisó en el acto, y con excelente
versificación, un apropósito poético; ambos señores fueron muy
aplaudidos.
El cuarteto de guitarras tocó también algunas
piezas de su repertorio con gran maestría.
Se les sirvieron pastas y dulces.
A las cinco salían los estudiantes del Seminario,
complacidísimos de la recepción y de lo delicadamente que fueron
obsequiados.
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Los estudiantes de
Coimbra
Mas pormenores del
banquete
Por falta de tiempo, no pudo tener cabida ayer en
nuestro periódico la reseña de los discursos pronunciados en el banquete
por los ilustrados profesores señores González Domingo y Reymundo.
El primero de dichos señores, con expresivas
frases, dijo que se ilusionaba, que era estudiante al verse cubierto con
el manto estudiantil: «estamos en la casa solariega del saber, en cuyas
paredes brillan con resplandores imborrables los nombres de los grandes
maestros»; recordó en enérgicos períodos la tradición de los dos pueblos
hermanos por naturaleza y la historia; aconsejó a todos que no tengan
rubor en afirmar la unión estrecha entre ambas naciones, no por la
violencia de las armas, sino por la fusión de los corazones y las
fuentes del saber; siempre, y desde joven, estuvo prendado de los
portugueses, a quien guarda un afecto entrañable; terminó dando vivas a
la memoria de nuestros maestros, profesorado portugués, Salamanca y
Portugal.
Resumió los brindis el
presidente Sr. Reymundo con uno entusiasta y elocuente; manifestó que
después de las elocuentes frases que se acababan de oír, sería él la
nube que descompusiera este hermoso cuadro, pero la sombra siempre hace
resaltar la luz.
Dice que considera a
los estudiantes como a hijos propios entregándoles siempre todo su
cariño y simpatía, pues en los estudiantes radica todo lo noble y todo
lo grande; siente no ser un Demóstenes que cante mereciendo las glorias
del cuerpo escolar e hizo alusión a los lazos de unión entre España y
Portugal, diciendo que por que unos se llamen portugueses y nosotros nos
llamemos españoles, no se rompen nunca los afectos del corazón;
manifestó que tenía orgullo de presidir una manifestación tan espontánea
y desprovista de los falaces artificios de la diplomacia. Finalmente,
para demostrar su cariño a la Tuna de Coimbra abraza con efusión
al Sr. Cide, su presidente.
Ya dijimos ayer las
estruendosas ovaciones que recibieron ambos ilustrados profesores.
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* *
Antes de terminar
nuestra información en este asunto, no podemos menos de dar rendidas
gracias a todos los que han nos honrado con sus atenciones inmerecidas
por nuestra parte; una felicitación cordial y merecidísima a los señores
que formaron la Comisión organizadora, porque han visto coronados con el
éxito sus desvelos y trabajos.
También enviamos un
cariñoso saludo en el que va envuelto el afecto más íntimo de nuestro
corazón, al Sr. Cide, corresponsal de nuestro periódico en Coimbra,
joven de gran talento y en el que la Universidad lusitana cifra sus más
gratas esperanzas, que logró cautivarnos llevándose todas nuestras
simpatías.
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NOTA: Artículo
procedente de investigación original inscrita con el número SA-120-02 en
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