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Autor:
Anónimo.
Título:
QUISICOSAS.
Publicación: Museo Internacional del Estudiante, 2009.
Ver.
original: El Adelanto.
Fecha:
Sábado, 15 de febrero de 1890, p. 2.
Queridos
quisicosistas;
Me alegraré que al recibo
de estas cortas quisicosas,
os encontréis bien nutridos
de sabrosos farinatos
y seco y añejo vino.
Cuando llegue a nuestras manos
este ADELANTO en que escribo,
ya estaré yo en Portugal
con la tuna que os he dicho
y que tras cien tentaciones
me arrastró con sus hechizos.
Sabéis que en mi compañía
me llevo cincuenta chicos
que van buscando meninas
por ese reino vecino,
todos ellos estudiantes
de mucho genio y de brío
que acaso se encuentren libras a la sombra de los libros.
La orquesta es buena, muy buena,
pero no llevamos pito,
porque al pitista que había
sus padres le han prohibido
que venga, por dos razones
que yo sé y que no las digo
por no hacer público aquí
lo que solo incumbe al chico.
Vamos a Oporto en viaje
directo y no interrumpido
donde esta tarde llegamos
poco después de las cinco.
Tocaremos muchos bailes,
paso-dobles y zorcicos
que han de agradar al que tenga
más refinado el oído,
aunque acaso nos censuren
viendo que vamos sin pito.
Yo diré a las portuguesas
requiebros muy rebonitos, a nombre unos de la Tuna
y otros sólo a nombre mío,
que las harán más cosquillas
que una paja en el oído,
porque tengo yo más gracia
para eso, que un granadino.
Yo haré porque vuestro nombre
pueblo ilustre salmantino,
quede en lugar decoroso,
pues cuento con que los chicos
se han de portar como buenos
porque son todos muy finos;
y si alguno se desmanda
aunque sea en lo más mínimo,
le largo tres quisicosas
que lo dejo confundido;
luego lo facturo y ¡arsa!
sin dilación os lo envío.
Con que, queridos lectores
os dejo ahí en vuestro nido
gozando los carnavales
que serán muy divertidos
con el Padre, con la Madre,
la vaca, el toro y el vico;
el oso, al higuí al higuí,
los chochos, la polla, el mico,
los nabos y los felpudos
que visten algunos tipos;
las comparsas de las latas
que le dan la lata a Cristo,
y otras lindezas que tienen
los carnavales que he visto.
Ahora voy a ver de cierto
si en Portugal son lo mismo.
Adiós, pues, quisicosistas,
no me olvidéis, y el domingo
que viene, me encontraré
descansando en el casino,
del jaleo que la Tuna
me está dando desde hoy mismo.
____
NOTA: Artículo
procedente de investigación original inscrita con el número SA-120-02 en
el Registro de la Propiedad Intelectual. La presente edición ha sido
normalizada y corregida para evitar el uso no autorizado de la misma.
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