Author:
José Sánchez Rojas.
Title: CRÓNICAS TUNAS DE SÁNCHEZ ROJAS.
MAYU.
Publication:
Museo Internacional del Estudiante, 2009.
Original edition:
El Adelanto.
Date:
Jueves, 18 de febrero de 1926,
p. 3.
- Y se llama usted
Mayu, madrina?
- ¡Si, hijo!
- Mal llamada.
Estaría mejor Abril. Es usted, nena, demasiado temprana para
llamarse Mayu todavía. Su presencia de usted refresca como las
primeras lluvias abrileñas que acaban con arco iris en la placidez
de la tarde. Y es usted tan fresca y tan bonita como los primeros
claveles.
Mi linda amiga Mayu
– Mayu Elósegui – se pone un poquito roja. Sonríe con dulzura.
La pícara y
deliciosa Carmenchu Caro, lindo retoño de los marqueses de
Villamayor, me mira burlonamente con sus grandes ojos azules:
- ¡Usted es poeta,
Sánchez Rojas ¿no?
- Quién no es poeta
ante Mayu y ante usted, Carmencita?
Pero Mayu, la hija
del alcalde de San Sebastián, quiere decirme algo. ¿Estaría
incomodada Mayu ante mis piropos de tuno? La observo con deleite y
con amor, paternalmente. ¡Es tan linda Mayu!
- Mayu – sonríe y
musita al fin este precioso angelito donostiarra – no quiere decir
Mayo. Quiere decir María. A mí me llamaría usted en castellano, por
lo tanto, María o Mary o Marusita.
- No lo sabía,
madrina – contesto – pero prefiero llamarla en su lengua milenaria
Mayu. Mayu siempre. Prefiero que me evoque usted, con su dulce
nombre, la primavera, madrina... ¿Qué edad tiene usted?
- Voy a cumplir
pronto diez y ocho años – responde con una voz de cristal la más
pequeña de las madrinas de mis tunos.
No sé por qué
recuerdo a Clarita, la novia del estudiante Don Luis, ante esta
delicada figurita de nuestra madrina Mayu.
Dorotea pregunta a
Clarita, cuando todos duermen, menos el enmascarado Luis, que se
disfraza, como recordaréis, de mozo de mulas para seguir a su
lucero, por los años que ha de cumplir. «Dice mi padre, puntualiza
Cervantes, que para San Miguel, por las vendimias, cumplo diez y
seis». Y torna a dormirse Clarita, arrullada por el romance de su
novio. Mayu es como Clarita: un lucero. Un lucero que sabe sonreír -
¡divina piedad femenina! – y que sabe enrojecer cuando oye una
galantería.
Sigue la danza en
el Majestic Palace. Marquesitas, duquesitas, lindas muchachas de
Francia, de Inglaterra, sonríen contentas, a mis tunos. Natalio, un
poco entrecortado – el salto del casino de Alba de Tormes al Majesic,
suele ser mortal de necesidad – no se atreve a pedir unos sandvichs;
Carmencita Caro, que está en todo, le sirve pródigamente las
suculentas golosinas.
Carmencita Alonso
Zabala, de la estirpe de los Torres, de los Tovar, de los Romanones,
nieta del ilustre Alonso Martínez y heredera de su ingenio y de su
gracia, se empeña conmigo en un diálogo travieso para hacerme
incurrir en un leso pecado de falta de galantería, pero gano, por
votos, la partida a Carmencita.
Baby Buena
Esperanza charla en inglés con una miss acartonada y añosa que me
elogia la fachada salmantina de San Esteban y la gracia vienesa de
los porches de nuestra Plaza Mayor.
La fiesta concluye.
Marcho solo a ver a un amigo, y todavía llevo dentro de mi corazón
la gracia humilde, risueña, candorosa, de este clavel donostiarra
que se llama Mayu Elósegui y Martínez de Aparicio.
José Sánchez Rojas.
San Sebastián, 16
II 26.